sábado, 22 de marzo de 2014

Cataluña no es Crimea

Algunos vimos con sorpresa como desde el Ministerio de Asuntos Exteriores español se afirmaba  que  el paralelismo entre Cataluña y Crimea es absoluto. Es cierto que posteriormente su titular ha matizado ampliamente esas declaraciones. También el representante ruso en la ONU  encontraba paralelismo entre ambos procesos. Algún interés tenía para justificar lo injustificable.
El separatismo catalán en esta ocasión, tras unas primeras vacilaciones, ha recogido velas afirmando que los dos procesos son diferentes. No le han podido sacar provecho. Más bien se han asustado. No se puede descartar,  de todas formas,  que  aparezca algún "iluminado" afirmando que "los crimeos sí tuvieron derecho a decidir"
Lo cierto es que si hay algún punto de unión entre ambos procesos es tan sólo en la ilegalidad formal de ambos. Ahí se acaba todo.

En primer lugar el objetivo de Crimea no ha sido en ningún momento la formación de un estado independiente, sino dejar de formar parte de Ucrania, un Estado débil al que le unen pocas cosas, e incorporarse a Rusia, país en cuyo entorno ha estado adscrito de una u otra forma desde 1783 hasta 1954.
Es precisamente en 1954 cuando se produce un hecho que ruborizaría al más curtido  de los demócratas  e incluso a algunos que nunca lo han sido. Se celebraron ese año los fastos por el trescientos aniversario del tratado de Pereyàslav que para unos simbolizaba la independencia de Ucrania y para otros su sumisión con respecto a Rusia. Lo cierto es que Jrushchov (el del zapatazo en la ONU), como si se tratara de un monarca de la Edad Media,  tuvo a bien regalar la península de Crimea a la República Socialista Soviética de Ucrania dentro de la URSS. Los crimeos dejaron de ser rusos y pasaron a ser ucranianos de la noche a la mañana. Hay quién dice que las grandes cantidades de vodka consumido durante los fastos tuvieron que ver con el evento.

Formalmente la convocatoria de un referendum en Crimea para separarse de Ucrania y entrar en Rusia es ilegal. La comunidad internacional lo ha dejado claro. A la ilegalidad de la convocatoria se han sumado las condiciones extremas en que se ha realizado, con las tropas rusas en las calles (dicen que sin insignias, como si eso cambiara algo) y con un gobierno en Kiev nacido de una revolución y sin un claro respaldo democrático.
Aceptado que es un referendum formalmente ilegal y no aceptable,  debo confesar que entiendo el voto afirmativo de la mayoría  de ciudadanos crimeos. Además del interés por pertenecer a un país con mejores perspectivas económicas y sociales y la peculiar forma de su inclusión en Ucrania , el hecho de que la mayor parte de la población sea de origen ruso es algo determinante. Seguramente la ONU, EEUU o Europa deberían de haber intervenido antes para encontrar una solución y evitar que se llegara a la ilegalidad de los hechos consumados.

Encontrar una similitud con el proceso secesionista de Cataluña es una misión casi imposible. Para encontrar alguna, aunque sea lejana y hablando con ironía , el nacionalismo debería solicitar su inclusión en la República Francesa y celebrarse la consultas con las botas gabachas junto a los colegios electorales. Hay un precedente previo en el siglo XVII (ver mi post "la mutilación de Cataluña") y todo acabó con Cataluña dividida e implorando la ayuda del monarca español o sea de su monarca..

Ironías a parte el fenómeno de Crimea ha servido para demostrar la unánime opinión internacional en contra de la desintegración unilateral de un país. Ni siquiera los crimeos habrían votado por la secesión si no fuera para ser absorbidos por Rusia. La separación per se y la tendencia al aislamiento solo está presente en mentes "iluminadas" que con mayor o menor éxito han existido siempre, aunque ahora tengan mayor resonancia.

Cataluña ha estado dentro del entorno de lo que hoy llamamos España en los últimos XX siglos. Desde hace más de 500 años estamos englobados en la misma monarquía y desde hace 300 años compartimos todos los españoles leyes superponibles. En el caso de Cataluña una consulta por la independencia sería no solo formalmente ilegal, sino que sería también moralmente repudiable, por que Cataluña no se ha construído independientemente de España, sino que la Cataluña actual es una verdadera fusión de identidades que han permitido llevar a la sociedad catalana a una condiciones de bienestar impensable hace unos años. Hay varios post en mi blog que abundan en el tema. El nacionalismo parece empeñado en que ese estado del bienestar desaparezca durante décadas.

Realmente, lo diga quién lo diga, hay razones suficientes para afirmar que Cataluña no es Crimea. Ni mucho menos.

Bibliografía

1.- Historia de la Unión Soviética 1917-1991. Carlos Taibo Alianza Editorial

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