viernes, 23 de agosto de 2013

Toros. La hipocresía nacionalista.

No pretendo con este post manifestarme como defensor a ultranza de la fiesta taurina. Tampoco como detractor militante. Solo quiero dejar constancia de como la ideología nacionalista ha actuado hipócritamente al prohibir las corridas de toros en Cataluña por su clara interconexión con la cultura y costumbres del resto de España.
Los principales argumentos dados para que se prohibiera la celebración de corridas de toros  a partir de Enero de 2012  fueron: 1.- Se trata de espectáculos en los que se maltrata a los animales  2.- Las corridas de toros no tienen tradición en Cataluña,
Analizando ambas razones veremos que el segundo punto es simplemente mentira y el primero  una excusa hipócrita para conseguir sus fines.
Nos guste o no nos guste hay símbolos y tópicos que identifican a España desde el extranjero: el sol, la playa, los toros, el flamenco...., . El nacionalismo puede convivir con el sol español y ve el flamenco como enemigo menor. Debía de actuar sobre los toros.
Hablemos sobre la raigambre de los toros en Cataluña y, particularmente en Barcelona.
El Torín
Parece ser que la primera corrida de toros en Barcelona se realizó  en 1387, pero más importante que esto es conocer que Barcelona ha sido la única ciudad del mundo en que han coexistido  tres plazas de toros al mismo tiempo.
El primer coso importante se llamó el Torín y fue inaugurado en el barrio de la Barceloneta en julio de 1834. La última corrida se celebró el 23 de septiembre de 1923. Fue la primera plaza donde las ovaciones del público se acompañaron de música.
Las Arenas
A inicios del siglo XX, debido al aumento de la población y de la afición se construyó la segunda gran plaza, concretamente las Arenas que se inauguró el 29 de junio de 1900. Estuvo en funcionamiento hasta el 19 de junio de 1977.
La Monumental
Para asombro de propios y extraños, solo 14 años más tarde se inauguró en 1914 una nueva Plaza denominada inicialmente de El Sport para acabar llamándose la Plaza Monumental de Barcelona con un aforo cercano a las 20.000 localidades. Estuvo en funcionamiento hasta que se aplicó la prohibición de las corridas de toros en Cataluña en 2012.
Actualmente la plaza de toros más antigua de Cataluña es la de Olot, construída en 1859.
Lógicamente no ha habido un funcionamiento contínuo de las plazas mientras han estado abiertas, sino que lo han hecho en función de las diversas circunstancias económicas y políticas.

El otro punto importante (y el que más se ha explotado de cara al exterior) en que se ha basado el nacionalismo para prohibir las corridas ha sido el evitar el sufrimiento de los animales. La credibilidad de este punto perdió todo su sustento cuando en el Parlament catalán se aprobó en 2010 la ley que protegía los correbous la cual se ha desarrollado en 2013 . Actualmente en Cataluña no están permitidas las corridas de toros, pero están permitidos los correbous, festejos en que se hacen todo tipo de juegos y atrocidades con los animales.
Correbous

El nacionalismo está en guerra con todo lo que sustenta la españolidad de Cataluña. Sin duda lucha contra la realidad, pero es cierto que la ayuda de los medios subvencionados y la actitud tibia e indecisa de los gobiernos de Madrid consigue que vaya consiguiendo éxitos parciales. Nuestro ejemplo de más envergadura es la injusticia de la imposición del catalán como lengua vehicular en las escuelas. Pero actúa en todos los niveles. Utiliza la más estricta hipocresía para prohibir la celebración de corridas de toros en Cataluña.

Bibliografía

1.- http//ccaaa.elpais.com/ccaa/2013/07/21
2.- wikipedia.org/wiki/Tauromaquia_en_Cataluña






domingo, 11 de agosto de 2013

1714. Por la libertad de toda España

"Salvar la libertad del Principado y de toda España: evitar la esclavitud que espera a los catalanes y al resto de los españoles, bajo el dominio francés: derramar la sangre gloriosamente por su rey, por su honor, por su patria y por la libertad de toda España".
Este documento dirigido al pueblo en plena defensa de Barcelona en 1714 y trasladado por el historiador Ferran Soldevila, deja bien claro que Barcelona no luchaba por una supuesta secesión de España. Todo lo contrario. En los inicios del siglo XVIII  Cataluña luchaba  por la coronación del Archiduque Carlos de Austria como heredero de Carlos II y continuador de la Monarquía Hispánica. 

La guerra de Sucesión fue una guerra europea que tuvo como campo de batalla fundamentalmente España. El testamento de Carlos II nombrando heredero al borbón Felipe de Anjou ( FelipeV), disgustó a Inglaterra  impulsando  la "Gran Alianza": Inglaterra, Holanda, Dinamarca, el emperador Leopoldo, Prusia y posteriormente Portugal y Saboya.  Enfrente Francia y una buena parte de España.
 La guerra fue declarada el 15 de mayo de 1702

Anteriormente FelipeV había sido recibido en Cataluña con todos los honores. Juró los fueros catalanes en 1701 en Lérida y los renovó en Barcelona el 12 de octubre presidiendo la celebración de las Cortes Catalanas y concediendo al Principado todo lo que pedía. Según un testigo de la época "Los catalanes lograron cuanto deseaban, pues ni a ellos les quedó que pedir, ni al rey cosa especial que concederles, y así vinieron a quedar más independientes del rey, que lo está el Parlamento de Inglaterra".

La ruptura y traición de Cataluña con la Corona borbónica y la defensa de la austracista se produce en 1705. Las razones principales fueron el proceso de distanciamiento entre el gobierno central de la monarquía  y un sector de la clase dirigente catalana, básicamente del Brazo Militar, un núcleo importante de la burguesía urbana y los propietarios rurales de la zona de Vic. Estos sectores económicos en ascenso tenían intereses mucho más ligados a las potencias marítimas europeas (Inglaterra, Holanda) que a Francia.

La toma de posiciones no fue homogénea: Si bien en líneas generales Castilla fue borbónica y el reino de Aragón austracista, hubo una Cataluña borbónica, como hubo un Aragón y Valencia borbónicos o una Castilla nobiliaria partidaria del archiduque Carlos de Habsburgo. La fiebre austracista que se apoderó de la minoría dirigente de Barcelona o de la comarca de Vic no fue compartida con igual frenesí por toda Cataluña. Lérida se resistió a la capitulación y muchas comarcas del interior y de los Pirineos se mantuvieron fieles a Felipe V.
Se produjo una auténtica guerra civil condimentada por la presencia de los ejércitos de las más importantes naciones.

Ya en 1714 con Barcelona asediada, abandonada por los integrantes de la Gran Alianza, afirma el responsable máximo, General Villarroel, "Por nosotros y toda la nación española combatimos".Los panfletos que circulan por Barcelona dicen que Luis XIV no pretende dar rey a España, sino convertir a ésta en en provincia de Francia. 

Querer asimilar la guerra de sucesión de inicios del XVIII a una guerra de secesión es simplemente mentir. Se podrán construir falsas verdades, se podrán manipular los acontecimientos, se podrán escribir novelas apelando al odio contra lo castellano, a la furia del invasor de la meseta, pero serán eso: manipulaciones y novelas de mayor o menor éxito, pero novelas al fín.
Lo cierto es que el nacionalismo ha escogido como nacional una fecha realmente contradictoria. El 11 de septiembre de 1714 Barcelona cae tras una cruenta batalla y lo hace defendiendo sus privilegios a través de la continuidad de la Monarquía Hispánica y por la libertad de toda España, de la que nadie duda forma parte.

Bibliografía


1.- Otra Historia de Cataluña. Marcelo Capdeferro. Libros Libres.

2.- Los Mitos de la Historia de España. Fernando García de Cortazar. Planeta
3.- Historia de Cataluña. Albert Balcells. La esfera de los libros.
4.- La guerra de sucesión de España (1700-1714). Joaquim Alvareda Salvadó. Crítica.
5.- Moments crucials de la Historia de Catalunya. Barcelona 1962