sábado, 27 de octubre de 2012

En Cataluña, triplemente apaleados.

Un gran transatlántico, uno de los mayores del mundo y curtido en mil batallas, se encuentra en aguas turbulentas y la tempestad arrecia. El barco está bien construido y su tripulación es excelente. Es cierto que el capitán y buena parte de sus oficiales no han sabido estar a la altura de las circunstancias. Se han equivocado Y, sea por negligencia, sea por ineptitud, han errado el rumbo y dirigido hacia el centro de la tormenta.
 Cierto es que la tripulación se ha sublevado y ha elegido a otro capitán y otro equipo, pero la realidad es que van pasando los meses y no se acaba de salir de la tormenta. Un oficial ambicioso, arropado por antiguos oficiales también ambiciosos que urdieron tramas de traición en mandatos anteriores, ve la oportunidad de incrementar su poder. Aprovechando la intensidad de la tormenta convence a un grupo importante de afines (más o menos al 8 por ciento de la tripulación) que es hora de escapar del control del capitán y comenzar una nueva experiencia que les llevará a salir de la tormenta y vivir en un paraíso sin igual (pensiones elevadas, impuestos mínimos, gozo sin fín). Para ello es necesario que se unan no solo los convencidos sino forzosamente otro 7 por ciento de la tripulación que comparte con los anteriores los lugares de trabajo y descanso.
 Utilizando el engaño y los hechos consumados, el 15 por ciento de la tripulación (una gran parte forzadamente) huye del trasatlántico utilizando una gran barcaza cuyos motores tienen una potencia del 20% frente a la gran nave.

Se emprende el nuevo rumbo al son de himnos y banderas y se intenta mantener controlados a los descontentos. Lamentablemente las posibilidades de naufragar aumentan drásticamente. En lejanía otros grandes navíos rozando la línea de la tormentas aplauden a ese capitán traidor que indirectamente les ha ayudado a empequeñecer a un gran rival. Oficialmente le negarán la ayuda en nombre del honor internacional. En la práctica le han facilitado el camino, pero nadie le socorrerá cuando su nave luche contra la tormenta, aún sabiendo que, en el muy improbable caso de conseguir el éxito, se convertirá en una pequeña barca mecida por las olas sin influencia internacional.

 Sirva este símil para poner de manifiesto como se encontraría una gran parte de la población de Cataluña en caso de Independencia. Separados por fronteras de sus amigos y familiares y condenados a vivir por imposición en un país menor que siempre será insignificante para el resto del mundo. Toda una generación sufriendo los avatares de negociaciones con su propia patria. Años de oscuridad hasta un supuesto reingreso en la UE (sin garantías de que se cumpla) y un retroceso económico descomunal para satisfacer los deseos de gloria de una minoría que arrastra con sus mentiras a una buena parte de la población.

 Aunque es pronto para posicionarse dado que todavía no se ha materializado el intento secesionista, lo cierto es que ya han habido grandes empresarios que han puesto de manifiesto con hechos o con palabras lo que pasaría en caso de secesión. El editor José Manuel Lara fue el más valiente y el primero en manifestarse contra la misma y afirmar que en caso de independencia debería llevarse la central de su editorial fuera de Cataluña. Calladamente otras muchas grandes empresas van tomando posiciones por si la locura se llevara a efecto.  La multinacional farmacéutica Sanofi con sede central en Barcelona se ha apresurado a reforzar su sede de Madrid llevando allí sus equipos de relaciones internacionales y regulatorio. En su momento había decidido permanecer en Barcelona por que la ciudad le daba garantías. Otra multinacional, Procter &Gamble va más allá. Ya ha notificado a los 300 empleados de su empresa Arbora&Ausonia el traslado a Madrid donde establecerá su central. Otras compañías no han dicho todavía nada, pero cabe preguntarse que harán las empresas de origen alemán Volkswagen, Bayer, Boehringer, Henkel que provienen de un país que busca la estabilidad por encima de todo ó las francesas como Alstom y Schneider o las suizas Nestlé y Novartis o incluso la japonesa Nissan .

Se calcula que las multinacionales consiguen entre el 45 y el 50% del PIB industrial de Cataluña. Su pérdida o debilitamiento llevaría a Cataluña al mundo soñado por los nostálgicos, un país de agricultores, pequeñas empresas, botiguers y personal de hostelería (con todos los respetos).

 Posiblemente lo que ocurrirá es que entremos en un periodo de grandes manifestaciones políticas, de intentos de referéndums, quizás intentos de secesión...y posiblemente al final España no será fraccionada y no se abrirán nuevas fronteras, imponiéndose la razón. Pero para llegar ahí habremos perdidos unos años fundamentales para la superación de la crisis y seguramente habremos perdido una buena parte de nuestro tejido industrial. Todo pasará, pero Cataluña y los catalanes daremos un nuevo paso atrás en nuestro nivel de vida, continuando el retroceso iniciado desde que el nacionalismo obtuvo el poder. Los que no queremos la independencia nos veremos triplemente apaleados. Nuestros compatriotas nos verán como insolidarios. Muchos de nuestros conciudadanos como traidores a su causa y económicamente daremos un fuerte paso atrás. En fín, triplemente apaleados.

8 comentarios:

  1. Muy buena reflexión. Yo es que no acabo de entender como el ciudadano de a pie no lo ve. Cataluña sin España tendría, de entrada, una deuda elevadísima(porque un % de la deuda estatal iría con esa independencia)y para entrar en la UE la votación debe ser unánime. Encima España también sería mucho más débil sin Cataluña. Resumen: Pierde todo el mundo.
    @JASANCHEZT

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    1. Gracias por el comentario. Lo cierto es que el nacionalismo catalán que domina todos los medios de comunicación locales pasa el mensaje de que la Independencia conllevará una importante mejora económica y que la Unión Europea admitirá al nuevo estado catalán con los brazos abiertos.Es difícil luchar contra la desinformación.

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  2. Que miedo da esta situación. El problema está en el hecho de que un porcentaje muy elevado de catalanes que apoyarían la independencia lo harían por una mezcla de romanticismo y utopía, que nada tiene que ver con la realidad

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    1. Gracias por el comentario. Mientras el independentismo se ha estado apoyando en razones de sentimiento ó supuestamente históricas sus niveles de aceptación siempre han sido mínimos en la sociedad catalana. Actualmente, aprovechando la grave crisis económica han cambiado el discurso y se han inventado la historia de que los catalanes vivirían mejor en una nación independiente (mejores pensiones, menos impuestos...).Esto ha originado el incremento de personas que ven la independencia como una mejora.El tiempo pondrá las cosas en su sitio.

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  3. habéis visto este programa?

    http://www.youtube.com/watch?v=H2VBzMQ5AHw

    afirma todo lo contrario a vuestras teorías, me parecen mucho más argumentadas que las vuestras pues se apoyan con datos reales y contrastados por un experto en economía americano, nacido y criado en Madrid, que trabaja en una de las grandaes finacieras e Londres y para nada declarado fan de la opción independentista.

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    1. Gracias por el comentario y la aportación del vídeo.Lo he entendido perfectamente por que el orador se expresaba en nuestro idioma común . Lo cierto es que me ha parecido muy interesante por que se trata de una opinión consistente de un experto reconocido y con una forma de hablar muy pedagógica.Debo confesar que no me ha hecho cambiar mi opinión sobre el desastre económico que supondría la independencia de Cataluña. Se debería pasar, como dice el orador, por un periodo de definiciones, que no se sabe con seguridad el tiempo que duraría, para llegar ser un país en torno al 35 de la clasificación del PIB.Sinceramente prefiero mantenerme en un país que juega en la primera división, entre los quince primeros del mundo.Insisto de nuevo en agradecer tu interesante aportación.Un cordial saludo.

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  4. Personalmente creo y el tiempome dará la razón que la ruptura no se llevará a cabo pues en algún lugar del camino, la lógica social se impondra al desmadre politicástrico. Por muchas tesis que podamos ver en favor o en contra, la Independencia catalana no es factible por el mero hecho de que la interrelación social, cultura, económica y afectiva con el resto de España es tal que sería cómo pretender partir un cuerpo humano en dos y que ambas partes siguieran viviendo autónomamente.

    No se dejen llevar a engaño, el politicastro es especialista en crear un problema para tapar otro. La "autodeterminación" sólo es un parche para tapar lo que se viene encima a Cataluña, con una deuda rondando los cincuenta mil millones y creciendo por culpa de las políticas nacionalistas. Veremos más episodios de confrontación, pero desde luego, una Independencia, no.

    Un saludazo.

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    1. Muchas gracias por el comentario.
      A mí me gustaría pensar igual.De hecho hay algo dentro de mí que me dice que no debería ser posible que se llegue a producir la separación de dos comunidades que llevan siglos intercambiando población, sentimientos,cultura y experiencia compartida..
      De todas formas, viviendo en Cataluña y observando como la gente se deja seducir por unas supuestas mejoras económicas en caso de secesión debo afirmar que ésta es posible a no ser que haya un movimiento potente dentro de Cataluña que se oponga firmemente a la secesión.

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