sábado, 20 de octubre de 2012

¿Franco catalanista?

Evidentemente no, Franco no era catalanista. La pregunta no debería de herir sensibilidades. Sobre todo si la respuesta precede incluso a la explicación. Simplemente me planteo que áquel que se siente catalanista es el que desea lo mejor para Cataluña y lucha para conseguirlo.

 No voy a hablar aquí de las hazañas e injusticias del general gallego, pero sí quiero reflexionar sobre el grave daño que el nacionalismo está haciendo a Cataluña. Cuando falleció Franco, en 1975, Barcelona era la capital económica y cultural de España. Lamentablemente hace ya  tiempo  se perdió  la capitalidad económica  y hace incluso más tiempo que dejó de ser la capital cultural de nuestra Nación. El dictador nunca tuvo por Cataluña un especial afecto, pero a pesar de eso la sociedad civil catalana, atada desde lejos, tuvo la energía suficiente para llevar a la ciudad de Barcelona a la élite cultural europea y mundial. Actualmente Cataluña y Barcelona sometidas y prisioneras al control  provinciano, localista y empequeñecedor del nacionalismo van cayendo en un ostracismo intelectual díficil de remediar en el tiempo.

Las fronteras físicas que se quieren imponer ya han sido trazadas en lo intelectual. Premios solo para escritores en catalán, menosprecio a los escritores catalanes que escriben en castellano, destierro de tradiciones por ser españolas..., olvidando que Barcelona sigue siendo la capital de la edición en castellano.
Que Barcelona en los albores del franquismo era la capital cultural de España queda claro cuando se analizan diversas áreas culturales, pero destaca sobre todo en la literatura. En la década de 1960 y 1970 como gran ciudad española que es, se convierte en la Meca de los escritores sudamericanos
Gabriel García Márquez es un barcelonés más entre 1967 y 1975. Instalado en el barrio de Sarriá afirma que de Barcelona le atraía sobre todo el ambiente liberal. Llega a decir en una entrevista posterior que "Barcelona era la puerta de Europa". Escribe, viviendo entre nosotros, "El otoño del patriarca" y todos nos sentimos orgullosos cuando le conceden el premio Nobel en 1982. Cercano a su vivienda, también en el barcelonés barrio de Sarriá, se instala el escritor peruano Mario Vargas Llosa. Traba una excelente relación con G.Márquez, que lamentablemente posteriormente se rompe. Es un periodo prolífico para Don Mario. Nace su hija Morgana y escribe hasta 6 libros. El premio nobel concedido en 2010 nos enorgullece también como barceloneses y españoles. Como él ha dicho "el ambiente de Barcelona era estimulante". ¿Es estimulante el miope ambiente nacionalista actual desde un punto de vista cultural?.
También se deja caer por Cataluña el chileno José Donoso, creando en Sitges el primer taller literario en español. No se puede olvidar tampoco al gran escritor argentino Julio Cortazar, asiduo visitante a Barcelona, durante los años 60-70 y 80 o a Juan Goytisolo catalán y por lo tanto español.

 Barcelona es en la etapa final del franquismo la sede del boom latinoamericano de literatura. Y eso es posible por que Barcelona es vista como una ciudad española con un gran ambiente liberal, que lucha también por recuperar sus propias tradiciones como ciudad catalana, pero sin actuar vilmente corta la cultura española, sino formando parte de ella. Es posible también por los grandes personajes que llevaron la edición en Barcelona al primer lugar de la edición en español mereciendo un reconocimiento especial  la gran agente literaria  Doña Carmen Balcells, que fue fundamental para  atraer hacia la ciudad a las que serían las figuras claves de la literatura latinoamericana.

 Quiero dejar muy claro como conclusión que estoy totalmente en contra del franquismo y sus métodos, pero quiero también dejar claro que el nacionalismo puede hacer (y lo está haciendo ya) un gran daño a nivel cultural y económico. Si además se cumplieran sus pretensiones independentistas el daño sería exponencial a todos los niveles. Definitivamente Franco no era catalanista, pero los nacionalistas a la vista de lo que está ocurriendo, tampoco.

6 comentarios:

  1. Una visión parcial de la realidad.

    ResponderEliminar
  2. ¡Que lástima da la gran verdad de este artículo¡ y ¡que lástima que la información llegue sesgada al pueblo catalán¡ pero, ya se sabe, todas las dictaduras en el mundo, mantienen su poder de influencia a base de limitar y seleccionar la información y, lo que es peor, dar informaciones tergiversadas y falsas.

    ResponderEliminar
  3. Barcelona fue para los escritores de sudamérica la urbe de España que menos se parecía a sus países y al resto de España: territorios dominados por regimenes dictatoriales y bajo la amenaza del terror. De ahí el éxito de Barcelona como crisol de grandes editoriales en castellano: los escritores latinoamericanos se hallaban ante gente de mentes abiertas, conectados con Europa a través de la cercana París, y donde les era fácil mantener sus costumbres y legado común.

    Evidentemente con la llegada de la democracia, Barcelona deja de ser ese rincón de libertad dentro del caos dictatorial simplemente porque el dictador está muerto y también hay cambios en el resto del mundo. Si a eso añadimos el poder centralizador de los gobiernos PP-PSOE de los 80-2000, en especial durantr el aznarismo, la sombra de BCN se va haciendo cada vez más pequeña no tan soólo a nivel cultural sino a nivel económico, financiero, etc., vamos en casi todo menos en futbol y turismo.

    Que cualquier tiempo pasado fue mejor, como mínimo a nivel cultural? seguro, pero tambiñen creo que el bajón literario no es sólo cosa de Catalunya, es un fenómeno general producto de la época en que vivimos, en la cual la gente prefiere las artes audiovisuales, y curiosamente, época en la que la pélicula de más éxito actualmente es una producción catalana "Lo imposible", más o menos como la independencia hace algún tiempo.

    ResponderEliminar
  4. Gracias por el comentario.Sin duda muy interesante.
    Divergemos en una cosa fundamental y que es el núcleo de mi artículo.La pérdida de la capitalidad cultural o al menos literaria de Barcelona no se debe al centralismo del PP ó del PSOE. Franco era más centralista todavía. Se debe a la política endogámica del nacionalismo catalán que nos ha goberndo desde la dictadura y a su acción centrífuga sobre la cultura que no tiene su origen local y en idioma vernáculo.

    ResponderEliminar