sábado, 16 de noviembre de 2013

Barcelona ¿Primera capital de España?

Hemos de matizar desde el principio que en esta reflexión no nos referimos a la Barcelona actual, sino a la Barcino del siglo V, ni tampoco a la España actual sino a la Hispania de ese mismo siglo.

El nacionalismo en su intento de crear unas bases históricas, para dar solidez a sus pretensiones, toma como fecha de referencia el 11 de septiembre de 1714, dándole una magnificencia de la cual carece. Para ello utiliza todo lo que tiene a su alcance, y más: manifestaciones multitudinarias, vía catalana, comisiones conmemorativas del tricentenario, consulta independentista, presupuestos especiales para conmemoraciones, gritos de apoyo  a la independencia en el minuto 17 y 14 segundos en los partidos del Barcelona F.C.,...
La finalidad es convencer de que la derrota de 1714 supuso el final de una Cataluña idílica, de ciudadanos libres, ejemplo para las demás regiones de Europa. No nos detendremos en este punto, ya  que la lectura de cualquier buen libro de Historia desbarata drásticamente el argumento.

Parecería, según el nacionalismo que hasta 1714 hubo una Cataluña absolutamente diferenciada del resto de España y que en ese año se cayó en el abismo español.
Nada más lejos de la realidad. Los habitantes que habitaron el territorio que hoy llamamos Cataluña, ya desde el siglo I formaban parte de lo que todo el mundo conocía como Hispania. En el año 25 a.c, Octavio Augusto se establece en Tarraco, capital de la provincia Tarraconensis para acabar la conquista de Hispania.  Comenzó la pax romana que se mantuvo hasta la la llegada de los bárbaros en el año 409 . En ese momento más de 4 millones de hispanorromanos no pensaban en otro pasado que no fuera Roma.

Con la llegada de los visigodos a España se produce un hecho trascendental para la ciudad regada por el Llobregat y el Besós : la capitalidad del naciente reino visigodo en Hispania.

En el año 410 Alarico I tomó y saqueó Roma y se llevó como rehén a la joven Gala Placidia, hija de Teodosio el Grande. Muerto Alarico I le sucedió su cuñado Ataulfo, parece ser que perdidamente enamorado de Gala Placidia. El emperador romano Honorio (hermano de la joven romana) acordó el establecimiento de los visigodos, con Ataulfo al mando, en el sur de las Galias para ayudarle a mantener el orden en esa zona a cambio del avituallamiento  del  ejército visigodo y que le fuera devuelta su  hermana.
Los pactos no se cumplieron  y Ataulfo se enfrentó a los romanos. En el año 414 se casaba con Gala Placidia en Narbona.

Derrotado por los ejércitos romanos el ejército visigodo atravesó los Pirineos, conquistó Barcino a los vándalos y  Ataulfo se estableció en la que en el futuro sería la capital de Cataluña.
En el 415 nació el hijo de Gala Placidia y Ataulfo, Teodosio, que llevaba la sangre de los dos linajes: emperadores romanos y caudillos visigodos. Lo cierto es que murió a las pocas semanas del nacimiento y fue enterrrado en la catedral de Barcino.
Ataulfo diseñó un nuevo plan, esta vez pensando en la creación de un reino gótico en Hispania, por el que expulsaría a los vándalos, suevos y alanos que habían llegado a la península en el 409. No pudo llevarlo a cabo ya que murió en el 415.
Su sucesor, Sigerico, ordenó la muerte de los seis hijos de Ataulfo tiñendo de sangre las calles de Barcino.
Esa fue la primera etapa en que Barcino fue la capital de la Hispania visigoda.

Más tarde tras derrotas en las Galias, Amalarico se estableció  en Barcino, siendo asesinado en esta ciudad en el 531. Fue en 533 cuando la capitalidad del reino visigodo que ya dominaba sobre prácticamente toda Hispania pasó a Emérita Augusta, la actual Mérida.

Sirva este escrito para reflexionar y dejar patente que la Historia de lo que actualmente conocemos como Cataluña ha estado ligada a la del resto de España como mínimo desde hace XX siglos. Que la antigua Barcelona tuvo un papel importante en la consolidación del reino godo en España.
Vendrá luego la invasión árabe, la reconquista y la creación de reinos y condados con fueros y privilegios particulares. Fueros y privilegios que todos fueron perdiendo en las distintas unificaciones, hasta llegar en el siglo XVIII a la consolidación de un reino  con leyes y derechos semejantes para todos (con algunas excepciones).

Al nacionalismo le gustaría la idea de una Cataluña desconectada del resto de España y que fue obligada a conectarse en 1714. No es así. Los habitantes del territorio que hoy llamamos Cataluña tienen una Historia común con los del resto de España. Tanto es así que nos atrevemos a plasmar el hecho de que Barcelona (Barcino) fue la primera capital de España (Hispania).

Bibliografía


1.- La aventura de los godos. Juan Antonio Cebrián. La esfera de los libros.
2.- La aventura de los romanos en Hispania. Juan Antonio Cebrián. La esfera de los libros
3.-Otra historia de Cataluña. Marcelo Capdeferro. Libros Libres



1 comentario:

  1. Muy apasionante. En realidad, los independentistas niegan la Historia, la tergiversan, y de esta forma pierden su verdadera identidad. muy interesante.

    ResponderEliminar